La mayordomía es un concepto
extremadamente controversial dentro del cristianismo
en general, debido en gran parte, a los argumentos y presiones ejercidas sobre el pueblo
de Dios para contribuir en la Obra del Señor.
La Mayordomía principalmente
se basa en el compromiso del cristiano de administrar sabiamente, tanto su vida
como sus recursos y responder ante Dios por sus resultados, como se expresa en la Parábola de los Talentos. Mateo 25:14-30
Antes de considerar si se da un
aporte económico a la obra de Dios, se debe
primero estar dispuesto a darse así mismo al Señor. Dios nos compro a precio de
sangre, la sangre de Jesús y por lo tanto le pertenecemos a Él. 1 Corintios
6:19-20.
Dios desea que presentemos
nuestro cuerpo como sacrificio vivo, no solo nuestros recursos económicos, debe
de haber una mente y corazón dispuestos con una vida al servicio de Dios. Romanos 12:1-2
Si usted realmente le ha
permitido a Dios que Él tome el control de su vida, Él también debe tener el control de sus
recursos y posesiones.
Al ofrendar se prueba la
sinceridad de nuestra obediencia y de
nuestro amor por Cristo, si nosotros amamos sinceramente a nuestro Dios, no
escatimaremos tiempo, dinero ni servicios para darlos a Él. 2 Corintios 8:8.
No se necesita de talentos ni
habilidades para ofrendar, sino únicamente GRACIA,
solo se necesita tener UN CORAZÓN GENEROSO Y NOBLE, como
también OBEDIENCIA, se aplica a su
tiempo y su servicio, así como a sus posesiones. 2Corintios 8:6-7, 9:8.
En el Antiguo Testamento, a
los judíos se les pedía que diesen un cierto porcentaje de acuerdo con su ley
religiosa.
Aunque el diezmo era una
décima parte de sus ingresos, había otros diezmos para varios propósitos que
provenían de diferentes porciones de sus ingresos.
En su totalidad, lo que se le
demandaba al judío era entre el 25 y 30 por ciento de su ingreso total. La
mayor parte de ese dinero se usaba para lo mismo que se usan hoy los impuestos
en muchos países, además de eso, los judíos debían dar ofrendas para otras obras
de Dios.
No con tristeza, ni por necesidad, dar con agrado y satisfacción.
Dios ama al dador alegre. 2 Corintios 9:7
Cada uno dé como propuso en su corazón. Usted debe dar, tanto como
el Señor le dé a usted gracia para dar. 2 Corintios 9:8
Dé según Dios lo haya prosperado. No se preocupe de dar más que
otros cristianos; solo dé de acuerdo con lo que Dios lo haya bendecido. 1
Corintios 16:2, 2 Corintios 8:12.
Dé más allá de su capacidad. La gracia de dar en su vida se magnifica
cuando tiene que sacrificar para poder dar. Como ejemplo la ofrenda de la viuda
pobre. Lucas 21:1-4, Corintios 8:3 y 2 Samuel 24:24
Recuerde siempre la ley de la siembra y la cosecha. De lo que
dieres, eso recogerás. 2 Corintios 9:6;
Gálatas 6:7-9.
Ofrendar verdaderamente, y de todo corazón. Dándole al Señor Jesucristo todo el control de su
vida, su tiempo, su servicio y sus recursos. 2 Corintios 8:20-21.
DIOS HACE SU OBRA, EN LOS QUE HACEMOS SU PALABRA
No hay comentarios:
Publicar un comentario